Día del Veterano: promesa de paz
“Un día como hoy, que conmemoramos la gesta del Veterano, tampoco olvidemos la motivación que dio pie a la conmemoración original: el Día del Armisticio“

Fotografía tomada después de llegar a un acuerdo para el armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial

El día once del mes 11 a la undécima hora. Era mil novecientos dieciocho, en aquel tren en Compiègne, Francia, a bordo del cual el mundo moderno estaba a punto de nacer. Las delegaciones no tenían ni idea de que al estampar su firma en aquel pedazo de papel, estaban estableciendo los fundamentos de la era moderna. Probablemente eso era lo último que tenían en mente, pues su realidad inmediata, la de cavar fosas comunes para cientos y miles de soldados a la vez, la de cavar trincheras en la lluvia, en la nieve, en medio de la noche y bajo asedio enemigo, así como los pedazos de seres humanos desmembrados por las mortíferas armas del enemigo, eran terrores todavía demasiado presentes.
Los pernos y fierros de la máquina industrial de muerte que el ser humano acababa de construir, y de usar uno contra otro, todavía estaban calientes y rojos; aunque parte de su color era simplemente la sangre que manchaba sus contornos, y que apesadumbraba la mente de aquellos emisarios ente la niebla que cubría los rieles.
Aquella mañana fueron silenciados los cañones, fue puesta en alto la bayoneta, quedó el caballo sin ensillar y nunca más debió salir de su barril el humo de la pólvora. Pero ya habían sido desatados los grandes molinos que mueven los brazos del reloj sostenido por las manos del padre tiempo. Y aquella mañana, aún sin saberlo, se forjaron la mayoría de las fronteras nacionales que reconocemos hoy, la hegemonía de la cultura occidental sobre la mayor parte de la población humana y la legitimación del nuevo orden mundial era colocada sobre el papel, para que de jure fuera conocido lo que pasaba de facto.
Un día como hoy, que conmemoramos la gesta del Veterano, tampoco olvidemos la motivación que dio pie a la conmemoración original: el Día del Armisticio. 11 de noviembre de 1918: el día que el mundo civilizado decidió que no era propio el uso de la violencia contra otro ser humano, ni por raza, religión, credo, origen o condición social, ideas políticas, ni por el acceso al poder para poder explotar los recursos naturales. Pensemos menos en cómo hemos incumplido aquella promesa de Compiègne, y recordemos más las intenciones de paz y buena voluntad de aquel día, que siete meses después, motivaron la enunciación de frases como esta:
“Por el firme establecimiento de los entendimientos del derecho internacional como la verdadera norma de conducta entre los Gobiernos, y por el mantenimiento de la justicia y un respeto escrupuloso por todas las obligaciones de los tratados en las relaciones entre sí de los pueblos organizados”, (traducción del libre del Tratado de Versalles, firmado el 28 de junio de 1919, que fue el tratado que le dio verdadero punto final a la Primera Guerra Mundial).


