La importancia de reconocer y educar sobre la diversidad ideológica dentro del PPD
Puerto Rico no es una isla de valores liberales ni mucho menos progresistas, como promueve el Partido Demócrata Nacional


Dentro del Partido Popular Democrático siempre han existido diversas corrientes de pensamiento. A lo largo de la historia, algunos de esos sectores fueron ridiculizados o desestimados, y sin embargo terminaron teniendo un peso decisivo en la trayectoria del partido. En fin, en otro tiempo se les llamaba “plumitas” a los soberanistas, y con el paso de los años terminaron convirtiéndose en una facción influyente dentro del PPD. Los ataques ligeros y carentes de estrategia solo provocaron que muchos de ellos migraran al MVC, contribuyendo a que el PPD continuara debilitándose y perdiendo fuerza política ocasionando tres derrotas electorales corridas.
Esa experiencia debe servirnos de advertencia. No se trata de ver quién tiene la razón en el debate ideológico, sino de comprender que todos los sectores son importantes y necesarios para mantener la amplitud que siempre caracterizó al partido. La institución no puede permitir una hemorragia continua de electores que, aunque han depositado su confianza en figuras individuales como en el caso de nuestro presidente y Comisionado Residente Pablo José Hernández, algunos no logran identificarse con el proyecto colectivo del PPD tanto así que obtuvimos el resultado electoral más deslucido de nuestra historia política.
El problema no es ser republicano. El verdadero problema es la forma en que ciertos líderes nacionales han creado un estigma que recae injustamente sobre todo el que se identifica como tal.
Puerto Rico no es una isla de valores liberales ni mucho menos progresistas, como promueve el Partido Demócrata Nacional. Nuestra sociedad, en su raíz cultural y comunitaria, es conservadora. Y dentro del PPD, aunque muchos rechazan identificarse con el Partido Republicano Nacional por la asociación histórica con Barbosa y el PNP, en la práctica la mayoría de nuestros electores fuera de San Juan son conservadores pragmáticos. Defienden la familia, la fe, la empresa privada, la responsabilidad fiscal y el orden social.
Ante esta realidad, el PPD necesita más que nunca de alguien que logre explicar, educar y exponer las verdaderas creencias de la base popular, que vaya más allá de las etiquetas superficiales y reconozca que la fortaleza del partido está en los pueblos y no únicamente en las voces metropolitanas. Solo así se podrá rescatar la confianza perdida y reconstituir un partido que vuelva a ser opción de mayoría para Puerto Rico.