EDITORIAL: Eva Prados y su pretensión de dictar titulares
La dirigente de izquierda pretende dictaminarle a la prensa cómo expresarse

Coordinadora General de MVC, Eva Prados. Foto: Redes sociales

La reciente publicación de Eva Prados, “coordinadora general” del Movimiento Victoria Ciudadana, en la red social X debería prender las alarmas de todo defensor de la libertad de prensa. En su mensaje, Prados no solo cuestiona el titular de una publicación del programa Jugando Pelota Dura, sino que pretende dictar cuál debió ser la redacción “correcta” de la misma.
Esa actitud no es un detalle menor. Se trata de una líder política intentando ejercer presión sobre un medio de comunicación para imponer su propia interpretación de los hechos. Y cuando un político busca dirigir los titulares de la prensa, lo que está en juego no es una simple diferencia de criterios, sino un ataque a uno de los pilares esenciales de la democracia: la independencia de los medios.
Prados defendió que debía destacarse la prohibición de la “propaganda independentista” como una violación a la libertad de expresión, obviando que la discusión en la UPR trasciende a todas las corrientes ideológicas. Paradójicamente, mientras denuncia censura en el campus, recurre a una práctica que roza la censura mediática: exigir cómo debe escribirse una noticia.

El problema no es si el titular fue o no el más adecuado. Eso es materia de debate público. El problema es que una dirigente política, que encabeza un movimiento que se proclama como alternativa, intente corregir de manera autoritaria lo que un medio publica.
Los medios pueden equivocarse, pueden ser criticados, incluso confrontados. Pero lo que no puede normalizarse es que los políticos pretendan redactar por ellos. En una sociedad libre, la prensa no está para complacer intereses ideológicos ni para servir de caja de resonancia a partidos, sean tradicionales o emergentes.
El episodio revela una peligrosa doble vara. Prados defiende la libre expresión en la UPR cuando se trata de ideologías afines a la suya, pero no vacila en intentar imponer límites a la prensa cuando la cobertura no coincide con su narrativa. Ese selectivismo es la antesala de la censura, y Puerto Rico debe reconocerlo como tal.
En tiempos donde la polarización política amenaza con erosionar la confianza en las instituciones, es vital reafirmar que la libertad de prensa es innegociable. Pretender corregir titulares desde el poder político es un camino peligroso, que acerca a prácticas que nuestra isla no puede permitirse.
La prensa se defiende ejerciendo su independencia. Y los políticos, todos sin excepción, deben entender que no les corresponde escribir los titulares de los periódicos ni de los programas de televisión. Esa tarea le pertenece exclusivamente a quienes ejercen el periodismo.