¿Es Bad Bunny el culpable?
“Muchas veces la delincuencia empieza con mala educación básica, con el desperecio a los demás, y eso no es culpa del gobierno”


Mucho se debate sobre las aportaciones de la residencia del intérprete urbano Bad Bunny a Puerto Rico. Sin duda es un evento que ha puesto parte de la atención mundial en nuestra isla, independientemente del debate de si el desempeño interpretativo del joven puede catalogarlo como cantante o no. Cada cuál con su gusto.
Lo positivo puede traer lo negativo también y en este caso, eso ocurrió. El pasado fin de semana un joven turista que llegó a Puerto Rico para participar del concierto fue a La Perla y allí encontró la muerte. Obviamente esto no es culpa del intérprete, de los productores, ni de nadie relacionado al evento.
Puerto Rico tiene un serio problema de violencia y lo vemos a diario en videos de ciudadanos resolviendo sus diferencias cayéndose a trompadas en plena la calle, y ante todos. Eso en el caso de los “menos preocupantes”. Los asesinatos, aún con la disminución que ha habido, sigue siendo un dolor de cabeza y es algo por lo que tenemos que preocuparnos seriamente, al menos, los que no somos, ni criamos delincuentes.
Los conciertos de Bad Bunny traen la oportunidad de exponer la mejor cara de la isla, pero ya teniendo los ojos del mundo sobre nosotros, es inevitable que también vean el peor rostro de la isla. Él no tiene control de eso. Ciertamente, en la ecuación, es más lo positivo que lo negativo con sus conciertos. “Puerto Rico está cabr…” porque tenemos playas hermosas, unos paisajes envidiables, unos artistas y deportistas de alto calibre, buena comida, entre otras cosas. No hay duda. Pero tampoco podemos esconder que “Puerto Rico está cabr…” también porque tenemos una cultura, en gran parte de la ciudadanía, de violencia, de indiferencia, de individualismo, de maltrato... Y no lo limito a ese sector. ¿Cuántas veces ha visto “ñames con corbata” a los que usted le dice “¡Buenos días!” o “¡Buen provecho!” y ni le contestan? O si le responden, ni le miran a los ojos, como si su gesto y cortesía les envenenara el alma. Muchas veces la delincuencia empieza con mala educación básica, con el desperecio a los demás, y eso no es culpa del gobierno, es de usted, si es que usted es así, ¡punto!
Ahora, más allá de esto, me llamó la atención que medios en Estados Unidos, a raíz del asesinato del turista en La Perla, reseñaran y cuestionaran si Puerto Rico era un destino seguro para viajar. ¿En serio? ¿El cuestionamiento viene de medios donde hace unos días hubo tiradores activos en Times Square, en una base militar de Georgia y en unas oficinas de Atlanta? ¿Dónde un individuo entró a un edificio de Nueva York y mató a 4 inocentes? ¿Dónde ha habido masacres en escuelas elementales, cines, centros universitarios y hasta en oficinas del Seguro Social? ¿Dónde un hombre, desde un hotel, comenzó disparar y matar a personas que asistían a un concierto? ¿Han planteado o insunuado esos medios al mundo que no viajen a Estados Unidos porque pueden perder la vida ya que no es seguro?
Puerto Rico es un lugar donde, como en todas partes del mundo, tiene sus cosas positivas y negativas. Agraciadamente las positivas son mayoría, desgraciadamente las negativas hacen más ruido, y eso no tiene que ver necesariamente con la oferta de los medios. Hoy cada cual tiene redes sociales y ahí es usted quien decide qué quiere consumir, sin la intervencion de un periodista o un medio tradicional. Mire los views y engagement de videos con situaciones morbosas, noticias negativas, chismes, entre otros. En las redes sociales tenemos una gama de cosas negativas y positivas. Somos nosotros quienes, de manera directa y sin intermediarios, decidimos consumir y/o distribuir en mayor proporción, con “share, lo negativo, el veneno, la sangre.
Nuestra isla no tiene nada distinto a las demás jurisdicciones del mundo. No somos el ombligo del planeta, anque hay quien piense que sí.
Los conciertos de Bad Bunny nos dan la oportunidad de exponer la mejor cara, lo bueno que tenemos en Puerto Rico, pero lamentablemente también expondrá lo malo. Eso no es culpa del intérprete, aunque ciertamente parte su lírica, y la de otros, aportan al desarrollo de esa cultura que, en mi opinión, no es lo que debemos ser como pueblo para que en unos años alguien interprete “Lo que le pasó a Puerto Rico” con una violencia que va creciendo.