No fue casualidad, fue Jenniffer González

El pasado 25 de junio de 2024, la Gobernadora Jenniffer González Colón firmó el presupuesto general del Gobierno de Puerto Rico. La escena fue significativa no solo por su contenido, sino también por los protagonistas presentes. La acompañaban los presidentes del Senado y de la Cámara de Representantes, los presidentes de las comisiones de Hacienda de ambos cuerpos legislativos, el Director Ejecutivo de la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal (AAFAF), el Director de la Oficina de Gerencia y Presupuesto (OGP) y el Secretario de Hacienda. Fue un acto de Estado, no un mero trámite, y eso importa.

Apenas dos días después, el 27 de junio, la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) certificó ese presupuesto sin requerir enmiendas ni imponer un presupuesto sustituto. Este desenlace, que en otras jurisdicciones podría parecer rutinario, representa para Puerto Rico un giro significativo. Durante más de siete años, las diferencias entre la JSF y el gobierno electo han dadopaso a fricciones, rechazos y presupuestos alternosimpuestos. Esta vez, el proceso fue distinto transparente, ordenado, colaborativo y, sobre todo, responsable.

La firma del presupuesto y su posterior certificación no solo reflejan una victoria, sino también un logro claro del liderato de Jenniffer González Colón como jefa del Ejecutivo. Su capacidad para presentar un presupuesto realista, en cumplimiento con el Plan Fiscal certificado bajo PROMESA, y lograr su aprobación en tiempo récord por parte de la JSF, demuestra eficacia administrativa, visión política y control del proceso gubernamental.

Este presupuesto responde a los principios de una administración moderna. Está basado en proyecciones prudentes, compromisos sostenibles y metas claras. En lugar de promesas vacías, la Gobernadora ha impulsado un ejercicio técnico riguroso que prioriza los servicios esenciales, mantiene la inversión en áreas estratégicas como infraestructura, desarrollo económico y seguridad, y asegura el cumplimiento con empleados públicos y pensionados.

El expresidente George W. Bush planteó en una ocasión que balancear el presupuesto requería de decisiones difíciles, pero también es una responsabilidad moral.  Esa responsabilidad moral parte del reconocimiento de que el dinero público pertenece a los contribuyentes, no al gobierno. Por eso mismo, defendía que “a taxpayer dollar must be spent wisely or not at all.” Esa es precisamente la filosofía y el riguroso sentido de responsabilidad que ha guiado este proceso presupuestario.

El respaldo casi inmediato por parte de la JSF debe interpretarse como un reconocimiento directo a esta gestión. Marca el inicio de una nueva etapa en la relación entre el gobierno electo y la Junta.  El cual secaracteriza por el profesionalismo, la seriedad y la coherencia con los principios fiscales establecidos.

Este logro no es solo técnico, también transmite un mensaje político y moral contundente. Puerto Rico no está destinado al caos administrativo. El liderazgo firme y planificación cuidadosa, hace posible recuperar credibilidad, cumplir con las reglas del juego fiscal y proyectar estabilidad ante el Congreso, los inversionistas y los ciudadanos.

Jenniffer González Colón ha demostrado que se puede gobernar con seriedad, sin estridencias ni artificios. Su estilo está anclado en el trabajo, la coherencia y los resultados. En momentos en que muchos critican desde la comodidad del señalamiento vacío, ella opta por actuar. Sin lugar a duda, al actuar bien, demuestra que cumplir sigue siendo la mejor forma de liderar.

El presupuesto firmado el 25 de junio no es simplemente una hoja de cálculo aprobada. Es una declaración de orden, planificación y capacidad ejecutiva. En otras palabras, es la evidencia de que, cuando hay experiencia al mando, no hay lugar para la improvisación.