Nueva Junta ¿pondrá la tapa al pomo?
“El día que la JSF se vaya, caeremos en default nuevamente, y en poco tiempo, porque nuestros políticos han mostrado que seguirán en el populismo“

Foto: Junta de Supervisión Fiscal

A casi todos, por no decir a todos, nos tomó por sorpresa el movimiento del presidente, Donald Trump, al remover a cinco miembros de la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) esta semana.
El lunes en la noche trascendió en un portal de corte conservador y republicano que el viernes pasado, Trump había destituido a Arthur J. Gonzalez, Cameron McKenzie, Betty A. Rosa, Juan A. Sabater y Luis A. Ubiñas como miembros del ente. La JSF reacionó desmintiendo la información. Posterior a eso, el medio Bloomberg News confirmó que sí se había dado la destitución, por lo que el organismo creado con la Ley PROMESA notificó que era cierto. Todo un papelón.
La pregunta no es qué pasó, la pregunta debe ser qué es lo que va a pasar. Los cinco nombramientos corresponde ahora hacerlos a Trump, y a un Congreso republicano confirmarlos. Esto sucede cuando aún no se ha culminado la negociación de la quiebra de la Autoridad de Energía Eleectrica (AEE) y los bonistas acreedores de esta corporación muestran ser pirañas que lo que buscan, no es cobrar lo que prestaron, es cobrarlo con ganancias.
Nadie sabe a quiénes nombraría el presidente Trump, sin embargo, es natural pensar que existe una alta probabilidad de que sean personas más afines con los intereses de los bonistas que con el pueblo de Puerto Rico. ¿Qué ocurrirá si esas figuras responden los bonistas y ceden a sus peticiones? El panorama no sería bueno, porque esa deuda ellos querrían que la paguemos, y elevaría sustancialmente el costo por kilovatio hora y la factura de la luz.
¿Por qué el presidente toma esta acción?
Su argumento es que la JSF no actúa correctamente, que permite la corrupción en el gobierno de Puerto Rico y que no tiene control real sobre el manejo de las finanzas gubernamentales, aparte de que no se aplica la palabra “control” en las contrataciones y gastos que hacen. No obstante, como mencionamos, tiene fuerza la teoría de que la Casa Blanca responde más a una presión de firmas de cabilderos y de bonistas que quieren lo suyo, podamos pagarlo o no.
¿Qué se puede esperar?
En el campo de las especulaciones, que es lo que todo el mundo puede hacer en este momento, se puede pensar que una nueva JSF podría comenzar por sustanciales recortes en las operaciones de la JSF, comenzando por las contrataciones de bufetes de abogados, consultores y demás. Parte de las justificaciones de la JSF, hasta hace unas semanas, es que los bonistas tienen un “barril sin fondo” de dinero para contratar a los expertos más capacitados, como consultores y abogados, así que no queda de otra que también deben contratar la “crema y nata” de expertos, y eso es costoso. No podemos poner un bufete de abogados de Hato Rey a razón de $200 o $300 la hora cuando los bonistas tienen figuras de Nueva York cuyo expertise es mayor y más costoso, es la analogía que plantean.
La nueva JSF podría recortar sustancialmente esas contrataciones, y la pregunta sería, ¿tendríamos un equipo legal y de consultores del mismo nivel que el de los bonistas o no? ¿Podría eso ponernos en desventaja y terminar de manera adversa para Puerto Rico? No lo sé, pero es una posibilidad. Una analogía, para que usted pueda entenderlo mejor, y tomando la fiebre momentánea que hay del Formula 1, es como si los bonistas tuvieran un auto de estos y la JSF también, pero al entrar una nueva Junta, reducen el presupuesto y lo que da es para tener un auto Yugo. ¿A favor de quién se pondría la carrera? Yo desconozco si funciona así o no, pero hace sentido. Claro, definitivamente el guiso, para esos contratistas, es excelente y constituye un buen incentivo para extender la negociación lo más que puedan. Ahí puede haber fallado la JSF, en permitir que esta negociación se extienda tanto, por lo que también hace sentido pensar que esto se debe a que quieren “exprimir la vaca” del dinero.
Como indicaba el analista Luis Dávila Colón, por situaciones previas, podemos coincidir que ha habido ocasiones donde Trump sorprende. Es decir, que uno pensaría que va a actuar de una manera o con tal intención, y termina haciendo lo que no se pensaba. ¿Será ésta una de esas? ¿Terminaría nombrando figuras pro-bonistas para que una nueva Junta responda a estos, o realmente no ocurrirá y la nueva Junta defendería el recorte de 70% de la deuda de la AEE? Aunque sea poco probable, ya a veremos.
De algo podemos estar muy seguros: el día que la JSF se vaya, caeremos en default nuevamente, y en poco tiempo, porque nuestros políticos han mostrado que seguirán en el populismo, como han hecho hasta ahora, aún con la Ley Promesa y la JSF, legislando sin tener fondos identificados, dando aumentos sin saber si se va a poder pagar y lo que es su especialidad, pateando la lata para que el que venga más adelante bregue con lo que quede, si es que queda algo.
Ya veremos si una junta más restrictiva le pondrá la tapa al pomo.