Sí a las Fuerzas Armadas en Puerto Rico
“Esto no es un debate entre militarismo y pacifismo, ni entre colonia y soberanía. Este es un asunto de seguridad y de realidad geopolítica“


Ha surgido en días recientes el debate sobre la presencia de elementos militares en Puerto Rico. Voces políticas, tanto en la Isla como en Washington, han levantado críticas sobre el rol de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos en el territorio, cuestionando dicha presencia. Sin embargo, la realidad es que la seguridad y la estabilidad de Puerto Rico, y por ende de Estados Unidos, lo ameritan.
Puerto Rico no es ajeno al sacrificio militar. Miles de puertorriqueños han servido con honor en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, desde la Primera Guerra Mundial, hasta los conflictos más recientes en Medio Oriente. La sangre y el sacrificio de nuestros hermanos boricuas en uniforme demuestra, sin lugar a dudas, que el ejército de los Estados Unidos es también el ejército de Puerto Rico.
Ahora bien, más allá de la historia y el honor, existe un asunto urgente: la seguridad regional. Puerto Rico se encuentra en una posición estratégica en el Caribe, a solo millas de Venezuela y en medio de una de las rutas más activas de narcotráfico hacia Estados Unidos. Los puertorriqueños sabemos bien cómo la droga y el narcotráfico impactan nuestras comunidades. Reforzar la presencia militar en la Isla es una medida lógica y necesaria para proteger a nuestra gente y asegurar que el Caribe no se convierta en un corredor abierto al crimen organizado, y la gente lo entiende así.
Es por esto que no sorprende que recientes sondeos en redes sociales reflejen un fuerte respaldo del pueblo puertorriqueño a las Fuerzas Armadas. Lejos de rechazar su presencia, la mayoría reconoce que contar con bases y operaciones militares significa mayor seguridad, y un mensaje claro a quienes pretenden utilizar nuestra posición geográfica como trampolín para el narcotráfico. Los puertorriqueños tampoco olvidan la importancia de contar con el respaldo de las Fuerzas Armadas al momento de enfrentar catástrofes atmosféricas, como los Huracanes Irma y María.
Esto no es un debate entre militarismo y pacifismo, ni entre colonia y soberanía. Este es un asunto de seguridad y de realidad geopolítica. Puerto Rico es parte de Estados Unidos, y por lo tanto la seguridad de Puerto Rico es la seguridad de la Nación. Fortalecer la presencia militar en la Isla es fortalecer nuestra capacidad de enfrentar las amenazas del presente y garantizar un futuro de estabilidad, seguridad y desarrollo para nuestra gente.