¿Crisis? ¿Qué crisis?
Sin duda merecemos un mejor sistema, pero lo que se destroza en 2 o 3 décadas, no se acicala en 2 o 3 años


Lo ocurrido con el Secretario de la Gobernación, Francisco Domenech, hace unos días sobre los apagones, me remontó a las elecciones del 1984 cuando Rafael Hernández Colón prevaleció sobre Carlos Romero Barceló. Al preguntársele a Romero sobre la derrota que acababa de recibir, dijo: “¿Derrota?, ¿Qué derrota?”
En una conferencia de prensa de hace unos días, Domenech indicó que en Puerto Rico no había crisis de energía y que tampoco había apagones. La expresión sobre los apagones me pareció algo torpe, ya que habíamos acabado de experimentar, 24 horas antes, un apagón con cerca de 150 mil abonados sin servicio. Miles percibieron la expresión del secretario como una burla al pueblo. Sí hay apagones en Puerto Rico. Cuando un funcionario del nivel de Domenech hace una expresión así, lo proyecta algo desconectado de las realidades. De hecho, creo que es lo que le pasó a Pedro Pierluisi con el tema, que lo menospreció, y de ahí tanto la entonces candidata, Jenniffer González, como el propio Domenech, le hacían “torniquete en el cuello” al ex gobernador criticándolo.
Ahora bien, el debate sobre si estamos en una crisis o no, pienso que el secretario puede tener un punto a su favor. Claro, todo aquel que tenga un “odio africano” al gobierno, al liderato gubernamental, sea cual sea el partido, los políticos de oposición, los que tienen agendas disfrazadas, y directas también, los que se quejan por todo, siempre buscarán la manera de proyectar caos apocalíptico hasta porque se pintó mal una línea amarilla.
Miren cómo se proyecta algo como gigantesco cuando quizás no lo es. Si hay 100,000 abonados sin luz, lo multiplicamos por 3 o 4 personas que se estima viven en una residencia y el número sube de 100,000 a 300,000 o 400,000. El titular es más grande y llama más la atención. Sí, puede tener algún sentido esa fórmula, pero cuando la luz regresa, entonces ya no usan personas y la cambian por “abonados”. ¿Entiende? Para lo negativo, usamos cantidad de personas para que se vea gigantezco, pero para lo positivo usamos cantidad de abonados y se vé más perqueño. “¡Dejan a casi medio millon de personas sin luz!”, es el titular de cuando se va la energía. “Restablecen el servicio a 100,000 abonados”, es el titular cuando regresa, y usted que quizás no analiza, piensa que quedan 300,000 seres humanos sin servicio. ¿Entiende el juego de palabras que utilizan?
Recuerdo la discusión, por semanas, entre marzo y abril pasado. Todo apuntaba a que habría una alta demanda y poca oferta de energía para los meses de junio, julio y agosto, lo que provocaría un serio problema, cientos de miles de personas sin luz, y períodos largos de falta de energía en nuestras casas y negocios. Ya estamos en octubre, ¿ha visto usted el caos? Gracias a Dios no ocurrió porque se tomaron las medidas para que no ocurriera.
Como en toda jurisdicción, siempre tendremos clientes sin servicio. Al momento de escribir este artículo un 0.008% de los clientes no tenían servicio. Realicé una comparación con otras jurisdicciones de la nación. Nueva York tenía, al momento de redactar esta columna de opinión, un .12% sin energía, Connecticut .65%, Florida y Texas .03%, California .06%, así como Virginia y North Carolina .09%.
Casi todos los apagones grandes han tenido recuperación de horas en algunos casos y uno, dos o tres días en los peores escenarios. “¡Ah sí, pero no le llegó a todos el mundo!”, plantean. Es cierto, pero antes del apagón tampoco todo el mundo tenía luz porque eso nunca ha ocurrido ni ocurrirá en ninguna jurisdicción.
Mi recuerdo es que, en lo que va de año ha habido tres eventos grandes de apagones. El de despedida de año, uno en abril y el que tuvimos hace dos semanas. El primero hubo recuperación en 36 horas de cerca del 90% según se reportó, y el 10% restante (los bolsillos) fue poco a poco. En el de abril, y el último, se restableció en un período relativamente corto. Obviamente nada de eso se va a destacar porque daña la narrativa, y lo entiendo.
Leía un artículo periodístico de hace uno o dos meses que indicaba en su titular que en lo que va de año se superó la duración de apagones en la isla. Uno lo lee y dice “¡Wao! Esto va de mal en peor!”, pero cuando va a la nota dice que el aumento es de 1,432 minutos a 1,435 minutos. What?! ¿2 minutos en 11 meses? Eso no es todo, argumenta el artículo que esa cantidad de minutos equivale a 23 horas y 55 minutos.
1,435 minutos en 11 meses es igual a 130 minutos al mes. Eso es un promedio de 4 minutos en un día de 720 minutos. Obviamente hablamos de promedios y a nadie se le va todos los días la energía por 4 munitos, hay personas que casi no se le vá y otras que se les vá por mayor tiempo. Nada distinto a cuando el sismeta estaba en manos de la AEE y la UTIER.
Sí, tenemos un sistema frágil y un problema con el suministro de gas. Es innegable, pero cuando me mencionan crisis, pues lo que me viene a la mente es la sequia de la década de los 90 y el racionamiento de agua o lo que vive Cuba hoy. Bueno, pero cada cual con su tema y su visión, si 4 minutos al día sin luz, en promedio, es el Apocalipsis, pues llamémosle crisis. Y no me malentiendan, sí, hay personas que tienen largos periodos sin energía en ocasiones, pero si fuera mi caso buscaría no depender del sistema y me movería a sistemas alternativos, buscaría productos que protejan el sistema de las fluctuaciones de voltajes. “¡Ah, pero no todo el mundo puede!”, me dirían, a lo que respondo que pongan prioridades, corten un poco al jangueo o a cosas menos importantes que tener luz. La prioridades las pone usted.
Sin duda merecemos un mejor sistema, pero lo que se destroza en 2 o 3 décadas, no se acicala en 2 o 3 años.