Después de la residencia, comienza el verdadero reto
“Necesitamos convertir este impulso en una estrategia sostenida que promueva inversiones en infraestructura“

Foto de archivo del cantante puertorriqueño Bad Bunny. Foto: Thais Llorca

La residencia artística que se celebra en Puerto Rico todavía no ha terminado, y ya dejó algo claro: la isla tiene todo lo necesario para ser un punto clave del entretenimiento y la economía creativa en la región.
El impacto es evidente: hoteles llenos, restaurantes y comercios activados, miles de visitantes y una isla que vuelve a mirarse en el espejo con orgullo. Más allá del éxito inmediato, lo que está en juego es mucho mayor. Este fenómeno confirma que Puerto Rico cuenta con el talento, la infraestructura y la capacidad de producción para posicionarse como un hub permanente de la industria creativa en las Américas.
Hemos logrado que el mundo vuelva a vernos como un destino relevante, no solo turístico, sino también cultural y económico.
El reto ahora es no quedarnos en la celebración. Necesitamos convertir este impulso en una estrategia sostenida que promueva inversiones en infraestructura, fomente la capacitación de profesionales de la industria y estimule la creación de nuevos proyectos culturales, deportivos y artísticos.
Si queremos consolidarnos como un centro de entretenimiento internacional, necesitamos continuidad: más venues de clase mundial, más apoyo al talento local y más colaboración entre el sector privado y el público. No podemos depender únicamente de un artista o de un evento. La visión debe ser más amplia: un ecosistema donde la creatividad se traduzca en desarrollo económico, empleo y oportunidades para nuestra gente.
La residencia que vivimos hoy es una muestra de lo que sí se puede lograr cuando hay talento, organización y voluntad. Pero el paso crucial está adelante: ¿estamos listos para construir un futuro donde Puerto Rico sea reconocido globalmente como un centro de creatividad, innovación y entretenimiento?
El momento histórico ya llegó. Y después de la residencia, comienza el verdadero reto.