EDITORIAL: El falso fantasma de la “militarización de Vieques”
“La prensa responsable y el liderato político tienen el deber de no convertir la desinformación en noticia”


En los últimos días, ciertos sectores de la prensa y figuras políticas de izquierda han intentado revivir uno de los temores más profundos en la memoria colectiva de Puerto Rico: el regreso de prácticas militares en Vieques. Lo han hecho con titulares alarmistas, insinuaciones descontextualizadas y comparaciones irresponsables con el pasado. Pero la realidad -basada en los hechos, no en narrativas- es que no existe evidencia alguna de que el gobierno de Estados Unidos esté reanudando bombardeos, entrenamientos o actividades militares en la isla municipio.
Lo que sí existe es un esfuerzo coordinado y regional de Estados Unidos para fortalecer la seguridad en el Caribe para combatir del narcotráfico, la inestabilidad en zonas de influencia y la necesidad de reforzar capacidades en rutas aéreas y marítimas. Estos movimientos han incluido ejercicios militares en diversas áreas de Puerto Rico, pero ninguno de ellos ha sido en Vieques, ni ha habido solicitud, planificación o autorización para utilizar su territorio como plataforma operacional. Aun así, algunos medios han preferido sugerir lo contrario, jugando con el dolor histórico de comunidades que por décadas cargaron las consecuencias ambientales y sociales de prácticas militares ya abolidas.
El alarmismo reciente se sostiene en una peligrosa fórmula: mezclar la palabra “militarización” con cualquier presencia o sobrevuelo militar en la Isla. Esto ignora que Puerto Rico -incluyendo Vieques- forma parte de jurisdicciones estadounidenses donde operaciones federales son norma, no excepción. También ignora que las agencias pertinentes han sido claras: las operaciones actuales no tienen relación alguna con ejercicios en Vieques, ni representan un retorno a las prácticas del pasado.
Más preocupante aún es que esta narrativa, impulsada por voces que buscan provocar ansiedad colectiva, trivializa la lucha real que llevó al cierre de los polígonos de tiro en Vieques y desvía la atención de los retos de la isla municipio: mejoras de infraestructura, en servicios de salud, acceso a transportación marítima confiable y mecanismos de desarrollo económico sostenible. Vieques no necesita fantasmas del pasado; necesita soluciones concretas del presente.
Es irresponsable y manipulador insinuar una amenaza inexistente para adelantar agendas políticas. Vieques merece ser tratada con seriedad y respeto, no utilizada como arma en favor de la independencia. Puerto Rico ya tiene suficientes desafíos como para permitir que se fabriquen conflictos donde no los hay. Si algo debe quedar claro es que Puerto Rico tiene hoy mecanismos que imposibilitan el regreso de prácticas militares como las de décadas pasadas, y ningún documento, orden o acción reciente apunta a que eso esté siquiera en consideración.
Defender a Vieques significa proteger la verdad, no inflar miedos. Y en ese esfuerzo, la prensa responsable y el liderato político tienen el deber de no convertir la desinformación en noticia.


