EDITORIAL: ¿Está Nydia Velázquez en contra de combatir al narcotráfico y a la narcodictadura de Maduro?
“La seguridad de Puerto Rico y de Estados Unidos no puede ser rehén de discursos alarmistas ni de comparaciones históricas forzadas“

Dictador de Venezuela, Nicolás Maduro.

El pasado viernes, la congresista Nydia Velázquez criticó la operación que está haciendo el gobierno federal en contra del narcotráfico en el Caribe.
Esas expresiones levantan una pregunta inevitable:
¿A qué intereses responde cuando condena operaciones militares dirigidas precisamente a proteger a Puerto Rico y a los Estados Unidos de las redes criminales que sostienen a Nicolás Maduro?

Según Velázquez, la Administración de Donald Trump está “marchando hacia una guerra con Venezuela”, hablando de “ataques secretos” y “escalada militar ilegal”, pero convenientemente omite un detalle crucial: la actividad militar estadounidense en el Caribe -incluyendo el reforzamiento de vigilancia y operaciones especiales- tiene un propósito claro y vital: frenar el narcotráfico, las rutas marítimas criminales y la influencia desestabilizadora de la dictadura venezolana en la región.
Puerto Rico, por su posición geográfica, es un punto crítico en la lucha contra el tráfico de drogas y armas. Las organizaciones criminales que operan bajo la protección del régimen de Maduro utilizan el Caribe como corredor estratégico hacia la costa este de Estados Unidos. Esa amenaza es real, comprobada y documentada por múltiples agencias federales.
¿Por qué entonces Velázquez presenta estas acciones como si fueran un capricho bélico, ignorando su propósito esencial de seguridad nacional?
La congresista habla de “extrajudicial killings” y de “operación sin autorización”, pero no presenta evidencia, fuentes, informes del Congreso, ni un solo documento que sostenga semejantes acusaciones. Por el contrario, las agencias federales llevan años realizando operaciones coordinadas para detener cargamentos, destruir lanchas rápidas, desmantelar redes criminales y proteger nuestras fronteras. Esa labor no solo salva vidas: mantiene a Puerto Rico fuera del alcance del caos que Maduro exporta a toda la región.
¿Está consciente Velázquez de lo que implica criticar públicamente estas operaciones?
¿Es prudente cuestionar, sin evidencia, acciones que precisamente buscan cortar el financiamiento del régimen venezolano, alimentado por carteles, corrupción y crimen trasnacional?
¿Acaso prefiere que Estados Unidos se cruce de brazos mientras la narcodictadura convierte al Caribe en un corredor criminal sin consecuencias?
La congresista también advierte que Puerto Rico está siendo utilizado como “base adelantada”, pero esa “acusación” ignora dos realidades:
1. Puerto Rico es territorio estadounidense y tiene derecho a la misma protección que cualquier estado.
2. La seguridad regional depende, en gran parte, de operaciones que pasan por nuestra zona marítima, donde el tráfico ilegal y la actividad criminal sigue siendo alto.
La pregunta, entonces, no es si la Administración está actuando irresponsablemente.
La pregunta es por qué Nydia Velázquez parece más preocupada por criticar los esfuerzos contra el crimen organizado que por denunciar el rol de Maduro como principal facilitador de carteles y actores violentos en el hemisferio.
La seguridad de Puerto Rico y de Estados Unidos no puede ser rehén de discursos alarmistas ni de comparaciones históricas forzadas. Cuando se combate una narcodictadura y se protege a nuestra gente del tráfico ilegal, lo menos que esperamos de cualquier congresista es seriedad, compromiso y responsabilidad.
En este caso, Velázquez no ofreció ninguna de las tres.


