EDITORIAL: Juan Dalmau legitima expresiones nefastas de Ada Torres Toro
Dalmau compartió escenario con Torres Toro, validando de facto a una voz que ha quedado marcada por su desprecio hacia la vida humana

Ada Torres Toro y Juan Dalmau en una actividad del PIP durante este fin de semana. Foto: Redes sociales

Lo que debía ser un homenaje a la poeta Lola Rodríguez de Tió, terminó convertido en un acto de validación política a expresiones que han escandalizado a la mayoría de los puertorriqueños.
El secretario general del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Juan Dalmau, estuvo junto a Ada Torres Toro, en una actividad de esta colectividad durante este fin de semana.
El haber llevado a Torres Toro a una actividad del PIP luego de sus bochornosas expresiones en contra de Charlie Kirk envía un mensaje inequívoco: ese partido y su líder condonan los comentarios inhumanos que la ex periodista emitió sobre la muerte violenta del joven conservador.
En días recientes, Torres Toro fue duramente cuestionada por asegurar que la muerte del comentarista estadounidense era “perfecta, sublime, merecida y buscada”. Palabras que, lejos de fomentar el debate público, incitan al odio político y a la deshumanización del adversario. Frente a ese récord, su rol como conferenciante principal en San Germán debería haber encendido alarmas.

Sin embargo, Dalmau compartió escenario con Torres Toro, validando de facto a una voz que ha quedado marcada por su desprecio hacia la vida humana y la libertad de expresión. Su presencia, lejos de ser neutral, equivale a un respaldo implícito a un discurso que erosiona al PIP.
El independentismo ha buscado proyectar una imagen de altura moral y compromiso ético frente. Pero ayer en San Germán esa narrativa se desplomó. Con su participación, Dalmau no solo homenajeó a Lola Rodríguez de Tió; también blanqueó las declaraciones de una figura que se ha burlado de la tragedia ajena.
La música de Coquí en Clave y las evocaciones patrióticas no pudieron tapar la contradicción: un acto en nombre de la “patria” y la poesía terminó sirviendo de plataforma a la intolerancia disfrazada de intelectualismo.
El silencio de Dalmau equivale a complicidad. En política, los gestos hablan tanto como las palabras, y ayer el líder independentista prefirió extenderle la mano a Torres Toro en vez de deslindarse de sus expresiones. Con ello, abrió un flanco que inevitablemente levantará críticas dentro y fuera de su movimiento.