Columna

El ocaso del Fondo de Equiparación

Una oportunidad para la autonomía y la eficiencia municipal

Ricardo  Rolón
Por Ricardo Rolón9 de junio de 2025 • 7:37 p. m. AST
3 minutos
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La reciente eliminación del Fondo de Equiparación, por parte de la Junta de Supervisión Fiscal, ha generado una ola de preocupación en los municipios de Puerto Rico que durante años dependieron de estos recursos para cuadrar sus presupuestos y sostener funciones esenciales. Si bien la pérdida de este fondo representa un duro golpe fiscal, también ofrece una coyuntura histórica para replantear el rol del municipio en el esquema gubernamental y promover una verdadera descentralización acompañada de autonomía financiera, disciplina fiscal y eficiencia administrativa.

Esta situación debe entenderse como un llamado urgente a la autosuficiencia municipal. Los municipios tienen ahora la oportunidad –y la obligación– de reinventarse, dejando atrás el modelo de dependencia estructural que ha fomentado prácticas ineficientes y debilitado la innovación en la gestión pública.

Primero, se hace indispensable una reingeniería administrativa profunda. La racionalización del gasto, la reducción del tamaño del gobierno municipal y la eliminación de estructuras duplicadas son pasos necesarios para sanear las finanzas locales. En lugar de recortar servicios esenciales, debe comenzarse por evaluar puestos supernumerarios, contratos innecesarios y programas sin métricas de desempeño claras.

Segundo, los municipios deben diversificar sus fuentes de ingreso mediante mecanismos propios y sostenibles. Esto incluye la promoción del desarrollo económico local a través de alianzas público-privadas, la atracción de inversión privada y la simplificación de reglamentos y procesos que actualmente desincentivan la actividad empresarial. La administración municipal debe convertirse en facilitadora del emprendimiento y la productividad.

Tercero, se hace imperativo revisar los esquemas contributivos municipales para asegurar que sean equitativos, eficientes y promuevan el crecimiento económico. Esto puede incluir la implementación de tasas de servicio ajustadas al uso real de infraestructura y la revisión de incentivos contributivos bajo un enfoque de retorno medible para la inversión pública.

Cuarto, los municipios deben adoptar modelos de gobernanza abiertos y competitivos donde la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana se conviertan en pilares de una gestión moderna y responsable. La confianza del ciudadano se gana demostrando que los recursos públicos se administran con integridad, eficiencia y visión.

Cabe destacar que la propia Ley Núm. 107-2020, conocida como el Código Municipal de Puerto Rico, propende a que los municipios logren una verdadera autonomía fiscal y administrativa, sin depender del gobierno central. Este marco jurídico reconoce al municipio como la unidad básica del gobierno y le otorga herramientas concretas para fomentar su autogestión.

En resumen, la desaparición del Fondo de Equiparación; aunque desafiante, representa una oportunidad para fortalecer la institución municipal sobre bases de responsabilidad, creatividad fiscal y eficiencia operativa. Es momento de transitar de un modelo de dependencia a uno de liderazgo local. Solo así construiremos municipios verdaderamente libres, responsables y sostenibles.

RR

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