Facilitar el voto, fortalecer la democracia
“Cuando la mayoría decide, no hay propaganda, cálculo o discurso que pueda suplantar la voluntad de la gente”


La discusión sobre las enmiendas al Código Electoral vuelve a poner sobre la mesa dos visiones del sistema democrático. Una busca ampliar la participación ciudadana y garantizar la confiabilidad del proceso, mientras la otra prefiere obstaculizar los cambios por conveniencia política. Hoy a las 9:00 AM en el salón Leopoldo Figueroa, se celebrará una vista pública sobre el P. del S. 717. Esta medida,presentada por el Presidente del Senado Thomas Rivera Schatz propone enmendar múltiples artículos del Código Electoral vigente. Sin embargo, tanto el Partido Popular Democrático como el Partido Independentista Puertorriqueño adelantaron que no participarán, insistiendo en que toda enmienda debe aprobarse “por consenso”.
El reclamo suena bien, pero es profundamente hipócrita. Esto debido a que en el pasado, el PPDenmendó el Código Electoral sin consenso alguno, cuando tuvo los votos para hacerlo. Hoy, su decisión de ausentarse de la discusión no es un acto de principio, sino una estrategia para impedir que se fortalezca un marco legal que promueve mayor participación, transparencia y agilidad en el proceso electoral.
Las enmiendas propuestas atienden deficiencias reales observadas en procesos eleccionarios recientes. Además modernizan los sistemas tecnológicos, aceleran la actualización del registro electoral y crean nuevas modalidades de voto adelantado, incluyendo una para personas de 55 años o más. Estas medidas amplían el acceso al voto y eliminan barreras que históricamente han limitado la participación, fortaleciendo así nuestra cultura democrática.
Las enmiendas además, garantizan que el voto adelantado se cuente de forma adelantada y no atrasada como ocurrió en el pasado evento electoral. Evitando así que el resultado final quede distorsionado por la oposición infundada de quienes no quieren que se cuente el voto de la mayoría. En la democracia, contar los votos con prontitud y transparencia no es una concesión, es una obligación.
Es forzoso concluir que cada ajuste que amplía el acceso, reduce las filas y acelera el conteo contribuye a consolidar la legitimidad del resultado electoral. El sufragio debe ser un derecho accesible, ágil y protegido, no un privilegio condicionado por los temores de quienes ven en la participación masiva una amenaza a su control político.
Por eso resulta lamentable que partidos que se autoproclaman defensores de la democracia decidan boicotear el proceso legislativo. La verdadera defensa de la democracia no se hace desde la silla vacía. Se hace participando, argumentando y construyendo un sistema electoral confiable para todos. El consenso no puede ser excusa para justificar la parálisis.
El consenso no puede ser la excusa de quienes temen perder poder. En el fondo, quienes se oponen a estas enmiendas no le temen al cambio tecnológico ni a la eficiencia institucional. Su verdadero temor es al voto libre, informado y mayoritario del pueblo. Porque un pueblo que vota sin trabas es un pueblo que decide. Cuando la mayoría decide, no hay propaganda, cálculo o discurso que pueda suplantar la voluntad de la gente.