Fanáticos de Bad Bunny se engalanan en inicio de residencia
Las primeras nueve funciones quedaron reservadas para los residentes de Puerto Rico

Personas posan previo al primer concierto de Bad Bunny este viernes, frente al Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot en San Juan (Puerto Rico). Foto: Thais Llorca

Los fanáticos de Bad Bunny se engalanaron ayer viernes con atuendos típicos de la cultura puertorriqueña para el primer concierto de la residencia musical 'No me quiero ir de aquí' que estará compuesta de 30 conciertos, en el Coliseo de Puerto Rico.
"La ropa típica de Puerto Rico, celebrando a la mujer jíbara y al jíbaro puertorriqueño. Las familias de nosotros son del área oeste de la isla, personas de campo que labran la tierra. (Venimos) a pasarla brutal, es Benito, el nuestro, a abrazar la cultura en el día de hoy", mencionó a EFE Abdiel Carril vestido de jíbaro junto a su esposa Grace Sempit.
En los alrededores del Coliseo los aficionados del conocido como 'conejo malo' desfilaban ataviados con pavas, que es el sombrero típico de los jíbaros (personas del campo) de Puerto Rico; vestimentas blancas, flores de maga, consideradas como un símbolo nacional de la isla; y la bandera puertorriqueña, conocida popularmente como "la monoestrellada".
Además, los asistentes disfrutaron de las carpas de entretenimiento instaladas con 'picas de caballitos', un juego tradicional y popular de las fiestas patronales de la isla; mesas de domino y se hicieron fotos en los distintos "photocall" disponibles.
Una agrupación de bomba puertorriqueña compuesta por cinco jóvenes del oeste de la isla, amenizó la espera de los fanáticos para acceder al Coliseo con el repique de sus tambores.
Asimismo, varias zonas de San Juan tienen eventos especiales por la Residencia como la Placita de Santurce, el bar El Boricua en Río Piedras, el Viejo San Juan y el llamado 'trocadero', frente al 'Choliseo' -mote del Coliseo de Puerto Rico-, donde se ubicarán seis pequeños mercados de la ruta gastronómica 'Prueba de San Juan'.
Las primeras nueve funciones quedaron reservadas para los residentes de Puerto Rico, que hicieron filas de hasta 20 horas para conseguir en persona su entrada en los puntos habilitados en la isla.
La treintena de conciertos que será el preámbulo de una gira mundial, llega tras el lanzamiento a principios de año de su álbum, 'Debí Tirar Más Fotos', un reivindicativo homenaje a su isla natal que fusiona reguetón y trap con ritmos autóctonos como la salsa y la plena.
Con 'No me quiero ir de aquí', el artista urbano marcó un récord de conciertos consecutivos en el Coliseo, la principal sala de espectáculos de la isla, superando las 14 funciones del dúo de reguetón Wisin y Yandel.