Los protagonistas de la Ryder Cup que reafirma el dominio de Europa
Conoce quiénes se robaron el show en la 45 edición de la competición más prestigiosa de golf

Los miembros del equipo europeo celebran después de ganar la Ryder Cup en el campo de golf Bethpage Black en Farmingdale, Nueva York, EE. UU. Foto: ERIK S. LESSER

La Copa Ryder celebrada este fin de semana en el campo neoyorquino de Bethpage Black reafirmó la hegemonía de Europa sobre Estados Unidos en el siglo XXI, al haber conquistado nueve de las doce competiciones disputadas desde 2002, con tres victorias a domicilio.
Después de que el combinado europeo arrollara en los partidos por equipos de las dos primeras jornadas (11,5-4,5), el estadounidense estuvo a punto de obrar el milagro de la remontada el domingo, pero la gesta no se consumó y el conjunto capitaneado por el británico Luke Donald volvió a alzar la copa de oro por 15-13.
La 45 edición de la competición más prestigiosa de golf deja para el legado de la competición a los siguientes protagonistas:
Luke Donald
El capitán europeo es el gran triunfador al haber moldeado un equipo capaz de doblegar a los estadounidenses en su terreno, algo que Europa solo había conseguido en cinco ocasiones, la última en 2012 en Medinah, cuando derrotó a su rival por un margen aún inferior (14,5 frente a 13,5).
A sus cuatro Copas Ryder como jugador, Donald une dos consecutivas como capitán, después de la conquista en Roma en 2023, algo que solo había conseguido el inglés Tony Jacklin (1985 y 1987).
Desde hace meses, Donald cuidó hasta el último detalle para coser un sólido equipo y atinó en la confección de las parejas los dos primeros días.
“La clave ha sido mucha comunicación, conocer a los jugadores, saber qué les motiva y cómo quieren que les hables. Eso marca la diferencia”, comentó tras la victoria.
Jon Rahm
Con 30 años, Rahm acumula su tercer título en la Ryder, tras París (2018) y Roma, en cuatro participaciones.
Aunque perdió un partido de parejas y el individual ante Xander Schauffele, el jugador vasco fue uno de los pilares de la escuadra europea, al sumar tres puntos en sus tres primeros encuentros, dos de ellos con el inglés Tyrrell Hatton, su compañero en el LIV, el circuito saudí de golf.
“No puedo estar más orgulloso del equipo. Nos unimos como equipo y logramos lo que creíamos imposible”, destacó ‘Rahmbo’.
Tommy Fleetwood
El golfista inglés fue, con cuatro, el europeo que más puntos consiguió y solo falló en el enfrentamiento individual ante Justin Thomas, lo que le ha situado con el porcentaje de victorias (7 triunfos-3 derrotas-2 empates) más alto entre los jugadores europeos con al menos diez encuentros ganados.
Al triunfo colectivo, Fleetwood, de 34 años, unió el Premio Nicklaus-Jacklin, por su comportamiento ejemplar fuera y dentro del campo.
El jugador inglés afrontó la Ryder después de que a finales de agosto consiguiera romper el maleficio que le acompañaba y ganó su primer título, el Tour Championship en Estados Unidos, después de 163 torneos del PGA Tour y varios segundos puestos, lo que le valió para coronarse campeón de la FedEx Cup.
Rory McIlroy
No fue su competición más brillante, pero el número dos del mundo aportó 3,5 puntos a Europa y se erigió como el líder espiritual del equipo.
El norirlandés perdió su partido individual ante el líder del ránking mundial, Scottie Scheffler, pero su carisma sirvió para aguantar la presión ambiental.
En sus ocho participaciones en la competición bienal, suma seis títulos, a uno del más laureado, Lee Westwood, y pasa a ser el séptimo jugador europeo con más puntos (21,5) en una lista que encabeza Sergio García (28,5).
Shane Lowry
Entre las imágenes que deja la Copa Ryder de Bethpage, están los saltos y gritos de júbilo del jugador irlandés tras embocar el putt en el hoyo 18 que al menos amarraba el empate para Europa en su duelo con Russell Henley.
“La Ryder Cup lo es todo para mí”, confesó el ganador del Abierto Británico en 2019 tras su partido individual que garantizaba que la copa de oro regresaba a Europa.
Lowry fue, con Hatton, el único jugador europeo que no perdió ningún partido (una victoria y dos empates).
Scottie Scheffler
Después de un año triunfal, con sus triunfos en el Campeonato de la PGA y el Abierto Británico, el número uno del mundo no estuvo a la altura en Bethpage y solo aportó un punto a sus compañeros en su duelo con McIlroy.
Al igual que en Roma, donde fueron célebres su lágrimas por la derrota, no ejerció del adalid que necesitaba EE.UU. para frenar el ímpetu de los europeos.
Para su desgracia, se convirtió en el primer jugador líder de la clasificación mundial en perder cuatro partidos en las primeras cuatro rondas, lo que propició que Europa abriera brecha.
Keegan Bradley
El capitán estadounidense fracasó en el reto de devolver la copa de oro a Estados Unidos, a pesar de rozar la remontada en una jornada final cargada de emoción.
“Esto es culpa mía. Cuando eres el líder del equipo, el entrenador, el capitán, como quieras llamarlo, y pierdes, tienes que asumir la culpa”, admitió Bradley al consumarse la derrota.
Ondeó la bandera de las barras y estrellas y tomó un micrófono para espolear a la afición y tratar de exprimir el factor ambiental y patriótico, pero fue insuficiente. No fue capaz de engrasar bien su equipo y reconoció fallos a la hora de preparar el campo.
La afición
Lo más negativo de la competición fue el trato irrespetuoso de un sector de la afición, que cargó contra jugadores como McIlroy.
“Lo que sucedió esta semana no es aceptable. El golf debería tener un estándar más alto que el que vimos (…) Pero los callamos con nuestra actuación”, enfatizó el norirlandés al referirse al comportamiento de una parte del público.
La animadora del punto de salida del primer hoyo tuvo que renunciar a su tarea y pedir disculpas tras incitar el cántico ¡Que te jodan, Rory!






