Puerto Rico suena en Europa: una campaña global sin presupuesto

Cada verano, Europa baila al ritmo de Puerto Rico. No importa si es Madrid, Lisboa, Milán o París: hay un escenario, una tarima o un festival donde suenan nuestros ritmos. Salsa, reguetón, merengue y pop urbano nacidos en la isla protagonizan carteles de festivales internacionales sin que medie un solo centavo de inversión pública desde Puerto Rico.

Artistas como Eladio Carrión, Rauw Alejandro, Myke Towers, Gilberto Santa Rosa, Elvis Crespo, Cultura Profética, Marc Anthony y Arcángel, e incluso agrupaciones emergentes con base en la diáspora, forman parte de una gira cultural que no se detiene.

Festivales como Reggaeton Beach Festival (con paradas en Barcelona, Marbella, Mallorca, Roma), Pal Mundo (Países Bajos), La Sagrada (Ibiza), o Brisa Beach Party en Portugal presentan una notable presencia puertorriqueña, tanto en el escenario como en el público.

La diáspora y los turistas boricuas en Europa durante el verano son parte del fenómeno. Según datos de aerolíneas y agencias de viaje, más del 30% de los viajes desde Puerto Rico en verano tienen como destino Europa, y muchos de ellos coinciden -no por accidente- con eventos de música donde nuestros artistas se presentan.

Esta presencia masiva, consistente y emocional de Puerto Rico en escenarios internacionales tiene un valor que pocos están midiendo: el valor publicitario de nuestra cultura. Cada concierto, cada video en TikTok, cada story desde el backstage o el público, cada nota de prensa en medios europeos... todo eso es publicidad gratuita para la isla. Una exposición cultural orgánica que -si se monetizara como cualquier campaña- equivaldría a decenas de millones de dólares en valor mediático.

Lo sorprendente es que, a pesar de esta exposición, no hay una estrategia de país para conectarla con el turismo o la inversión cultural. Puerto Rico suena, se proyecta, y emociona... pero no lo capitaliza.