15 años de cárcel para Mayra Nevárez por causar muerte de Justin Santos
La sentenciada pide perdón y jueza critica enmiendas punitivas a los conductores borrachos


Mayra Enid Nevárez Torres le pidió perdón el lunes a la familia de Justin Santos Delanda y Keven Monserrate Gandía previo a su sentencia de 15 años de cárcel por provocar la muerte del hermano de Austin Agustín “Arcángel” Santos Delanda y lastimar gravemente a su pasajero bajo los efectos del alcohol el 21 de noviembre de 2021 en el Puente Teodoro Moscoso.
“El 21 de noviembre del 2021 ocurrió un accidente donde murió el joven Justin Santos Delanda y sufrió grave daño físico Kevin Monserrat Gandía. Todavía no recuerdo lo que pasó ese día, pero estoy consciente de que yo causé ese lamentable accidente y soy la responsable de lo que sucedió ese día. Yo no salí con la intención de hacerle daño a nadie, eso nunca estuvo en mi mente ni en mi corazón, pero no hay excusas para lo que hice”, dijo Nevárez Torres en su alocución.
“Reconozco la gravedad de mis actos, lamento profundamente el sufrimiento que he ocasionado por la pérdida de una vida y por el daño físico y emocional que les he causado durante este proceso. Solicité poder reunirme en privado con doña Carmen Santos, con doña Iris Gandía, para poder pedirles perdón a ellas y a su familia, pero esa reunión nunca se dio, nunca se pudo realizar. Estoy aquí para pedirle perdón a doña Carmen San, a Kevin, a doña Iris y a su familia mi más sincero perdón y expresarle mi más profundo arrepentimiento por lo sucedido. Desde ese día fatal llevo y llevaré una carga eterna en mi conciencia y en mi corazón, porque me duele ver la angustia y el sufrimiento que les he causado a ambas familias, por eso viviré arrepentida toda mi vida. Me hice el compromiso de cambiar, ser otra persona, busqué ayuda profesional, psicológica, psiquiátrica y espiritual. Desde ese día no he vuelto a beber alcohol y he cumplido con la conducta que se espera de mí. Estoy comprometida con mi proceso de cambio, mi rehabilitación, en reformarme y no repetir esta terrible situación nunca más”, añadió.
Previo a la sentencia, la jueza Cruz Ayala, quien anunció su próxima jubilación de la judicatura insistió en el enfoque de la “justicia terapeútica” como fuente de rehabilitación a una persona convicta. La jueza dejó claro que no está de acuerdo en la revocación del Tribunal de Apelaciones de su sentencia de reclusión domiciliaria y de paso arremetió contra las enmiendas a la ley que obliga la reclusión.
“Precisamente hoy, luego de 24 años ejerciendo como jueza superior y presidiendo la mayor parte de estos años las salas especializadas en sustancias controladas y alcohol y salud mental, me acojo a la jubilación del Poder Judicial. Sin embargo, voy a continuar como profesora a tiempo parcial de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico y de la Facultad Interamericana de Derecho, por lo que voy a tratar de hacer una explicación muy breve de por qué los sistemas judiciales de todo el mundo están adoptando enfoques más humanos, más compasivos en la aplicación del derecho”, expuso la jueza.
“Estas consideraciones fueron las que utilizamos para dictar la sentencia que en su día fue revocada por el Tribunal de Apelaciones, la cual la acogemos con el mayor de los respetos, pero no la compartimos por entender que resultó en la sustitución de la discreción del tribunal sentenciador de primera instancia”, añadió.
“Lamentablemente, la respuesta social y del Estado al uso, abuso de drogas y o alcohol no ha sido tratada como un problema de salud, poniéndose énfasis en las acciones punitivas en lugar de las preventivas y de las terapéuticas. De hecho, recientemente se ha aprobado una ley que pretende establecer cárcel mandatoria en estos casos. La eliminación de las alternativas al encarcelamiento y la de la discreción judicial limita la capacidad de los jueces para evaluar cada caso en sus méritos particulares y emitir fallos conforme al derecho aplicable, luego de una evaluación serena, imparcial y tomando en cuenta las situaciones de cada caso. En fin, las leyes deben estar regidas por la empatía, el amor, el perdón, la compasión y la misericordia.
Debemos también reflexionar sobre el alto costo social y económico del encarcelamiento en Puerto Rico. El costo anual de mantener una persona privada de libertad puede exceder los 50 mil dólares al año. Yo no sé si un maestro gana 50 mil dólares en este país, pero eso es lo que nos toca, eso es lo que nos cuesta encarcelar a una persona. La encarcelación afecta a las familias porque esa persona encarcelada no puede contribuir económicamente a esta y perpetua ciclo de exclusión social, impactando a la sociedad en su conjunto, ya que el costo lo absorbe el Estado a través de la contribución sobre ingreso de los ciudadanos”, expuso la jueza.
La jueza se dirigió a Nevárez Torres.
“Aunque se ha ordenado que la pena se cumple en una institución penal y no en la comunidad, recuerde que la vida humana conserva su valor, sentido y propósito. Siempre proteja su integridad, no pierda la esperanza y busque caminos para alcanzar su rehabilitación. Le exhorto a que enfrente este proceso como una oportunidad de reconstrucción y crecimiento personal. Y finalmente, deseo de todo corazón que el señor Justin Santos descanse en paz y que sus familiares y amigos encuentren consuelo, serenidad y fortaleza aún en medio del dolor”, mencionó.
La jueza le bonificó 11 meses con 29 días que cumplió previo a la sentencia.
Según la investigación de las autoridades, Santos Delanda, de 20 años, hermano del cantante urbano Austin Agustín “Arcángel” Santos Delanda , manejaba un Can-Am acompañado de Keven Monserrate Gandía por el puente Teodoro Moscoso.
Nevárez Torres manejaba en estado de embriaguez y en contra del tránsito. Como consecuencia, chocó el Can- Am. Santos Delanda murió y Monserrate Gandía resultó herido.
En la prueba de alcohol, Nevares Torres arrojó .29 por ciento. En el proceso judicial, la defensa de la acusada impugnó el proceso.
En septiembre de 2024, Nevárez Torres fue declarada culpable de causar la muerte de Justin Santos Delanda y de provocar grave daño corporal a Monserrate Gandía, por manejar en contra del tránsito y bajo la influencia del alcohol.
En enero de 2025, la jueza Wanda Cruz Ayala sentenció a Nevárez Torres a 15 años de restricción domiciliaria con supervisión electrónica. También incluyó 200 horas de servicio comunitario, multas, 10 mil dólares en restitución a Monserrate Gandía, suspensión de su licencia de conducir por cinco años y pruebas aleatorias de dopaje.
La sentencia provocó críticas de la familia de Santos Delanda, sobre todo de su hermano “Arcángel” que calificó el sistema de justicia de Puerto Rico como “basura”.
El Departamento de Justicia apeló la determinación de la jueza de primera instancia y el en el mes de abril, el Tribunal de Apelaciones revocó la sentencia de restricción domiciliaria y ordenó que Nevárez Torres cumpliera la pena de reclusión en una institución penal de 15 años.
El caso llegó hasta el Tribunal Supremo, donde se mantuvo la determinación del Tribunal de Apelaciones.






