Comisionado Residente se reúne con el creador de ChatGPT
La reunión se centró en el impacto de la inteligencia artificial en el empleo, energía, las artes y la salud

Pablo José Hernández y Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI

El comisionado residente, Pablo José Hernández Rivera, participó hoy en una reunión privada de aproximadamente veinte congresistas con Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, creador de la herramienta ChatGPT, donde discutieron los retos y oportunidades que la inteligencia artificial (IA) representa.
Al salir de la reunión, Hernández Rivera compartió unas reflexiones sobre la reunión y el impacto que la IA tendrá en empleos, energía, las artes y la salud, particularmente en Puerto Rico. El comisionado residente, quien será el orador invitado en los actos conmemorativos del 25 de julio en Mayagüez, anticipó que incluirá el tema de la IA en su discurso sobre el futuro del autonomismo puertorriqueño, aunque este no será su principal enfoque.
"Puerto Rico no puede ser un espectador pasivo en la revolución tecnológica que ya está transformando al mundo. La IA abrirá la puerta a profesiones que hoy ni siquiera imaginamos, como ocurrió cuando las redes sociales crearon carreras de “influencers” y creadores de contenido digital. Además, ya está aumentando nuestra productividad y haciéndole la vida más fácil a muchas pequeñas y medianas empresas”, afirmó Hernández Rivera.
Durante el encuentro, uno de los temas centrales fue el impacto de la IA en la industria energética. “La inteligencia artificial consume enormes cantidades de electricidad y, por necesidad, impulsará la creación de nuevas tecnologías energéticas, especialmente renovables como la solar. Esto puede integrarse de forma estratégica en la reconstrucción de nuestra infraestructura eléctrica, creando una abundancia energética que finalmente ayude a estabilizar los costos de la luz en Puerto Rico”, señaló.
Otro punto importante de la conversación fue el efecto de la IA sobre la cultura y las artes. “Como puertorriqueño, expresé preocupación por nuestra clase artística. ¿Cómo competirán nuestros músicos, escritores y creadores si una máquina puede imitar su estilo y producir arte casi idéntico de manera más barata y accesible? Hablamos de la necesidad de proteger la remuneración y el valor de la experiencia humana detrás del arte. Cuando se pide a la gente que elija entre una obra creada por IA y otra creada por un humano, muchas veces, sin saberlo, prefieren la generada por la máquina. Sin embargo, cuando descubren que la obra es artificial, cambian de opinión y valoran más la humana. Tal vez sea porque el arte no es solo el producto final, sino también la historia del autor, su vida, sus influencias, su humanidad. Y quizás esa dimensión emocional sea lo que mantenga vivo el arte humano frente a la IA”, explicó.
La reunión también abordó las posibilidades de la inteligencia artificial en la salud. “Se proyecta que la IA acelerará avances médicos que normalmente tardarían diez años en solo uno. Para un pueblo con tantas personas con condiciones crónicas, esto no es ciencia ficción: es una esperanza real”, afirmó Hernández Rivera.