Cumbre de líderes izquierdistas en Chile
Mientras enfrentan escándalos internos, Boric, Lula, Petro y Sánchez intentan reposicionarse como “defensores de la democracia”

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, llega este lunes, en el palacio de La Moneda, en Santiago (Chile). Foto: Elvis González

En medio de serios escándalos políticos en sus propios países, varios jefes de Estado de tendencia izquierdista se reunieron este lunes en el Palacio de La Moneda en Chile, convocados por el presidente Gabriel Boric, para celebrar la cumbre “Democracia Siempre”, un evento que busca proyectar unidad ideológica frente a lo que consideran amenazas autoritarias.
Junto a Boric participaron Pedro Sánchez (España), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Gustavo Petro (Colombia) y Yamandú Orsi (precandidato presidencial de Uruguay). Todos han sido protagonistas recientes de polémicas decisiones, crisis de gobernabilidad o marcadas caídas en popularidad.
En una columna conjunta publicada el domingo en el diario chileno El Mercurio, los mandatarios advirtieron que “la democracia enfrenta un momento de grandes desafíos”, acusando una supuesta “erosión institucional” y culpando a “discursos autoritarios”. Paradójicamente, varios de ellos han sido criticados por prácticas que socavan los contrapesos democráticos, como la instrumentalización de instituciones judiciales, ataques a la prensa independiente y reformas de dudoso consenso.
“No caben ni el inmovilismo ni el miedo”, escribieron, aunque sus gestiones han sido marcadas por improvisación, promesas incumplidas y discursos polarizantes. Gustavo Petro, por ejemplo, enfrenta una creciente desaprobación en Colombia por su estilo confrontacional y la falta de avances concretos. Pedro Sánchez, por su parte, sobrevive políticamente gracias a alianzas con partidos radicales, ha sido duramente cuestionado por socavar la separación de poderes y más recientemente por casos de corrupción.
En su declaración, los líderes afirmaron que “no basta con evocar la democracia ni hablar en su nombre”, mientras promueven una narrativa que intenta monopolizar su defensa, como si el pluralismo democrático no incluyera voces disidentes o posturas de derecha.
Como parte del programa, los mandatarios almorzarán con figuras afines a su visión ideológica, entre ellas el economista Joseph Stiglitz y la filósofa Susan Neiman, ambos recurrentes en foros internacionales de izquierda, pero poco representativos de un pensamiento diverso. También se reunirán con más de 300 organizaciones de la sociedad civil chilena, seleccionadas mayoritariamente por su cercanía política al gobierno de Boric.
La idea de esta cumbre tuvo su origen el año pasado durante un encuentro organizado por Lula y Sánchez en la ONU, en el que también participó Boric. Desde entonces, el panorama global ha cambiado significativamente: la derecha ha ganado terreno en diversas regiones y líderes como Donald Trump se perfilan con fuerza, reconfigurando el tablero geopolítico con medidas concretas, como la imposición de nuevos aranceles que afectarán directamente a países como Chile y Brasil.
La cumbre “Democracia Siempre” se da en un contexto donde las palabras suenan grandilocuentes, pero la acción política de muchos de sus participantes parece más interesada en la retórica que en resolver los problemas que aquejan a sus pueblos. Lejos de fortalecer la democracia, sus gobiernos luchan por mantener credibilidad y estabilidad interna.