EE.UU. aprueba nuevas vacunas anticovid
No obstante, se limitarán a población con riesgos de salud

Fotografía de archivo de un estand de Pfizer. Foto: Alex Plavevski

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) de Estados Unidos aprobó una nueva tanda de vacunas anticovid actualizadas pero las limitó a la población con riesgos de salud, y además rescindió la autorización para su uso de emergencia.
La agencia autorizó las vacunas de refuerzo de Moderna (a partir de 6 meses de edad), Pfizer (5 años) y Novavax (12 años), pero ahora estarán disponibles solo previa consulta médica y para pacientes de "alto riesgo", indicó el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., en X.
Esa población de alto riesgo abarca los mayores de 65 años en general, y a los adultos y niños con alguna condición de salud que pueda resultar en una enfermedad "grave" tras la infección con covid-19, de acuerdo con un comunicado de Pfizer, por ejemplo el asma, la obesidad, el cáncer o la diabetes.
Kennedy Jr. divulgó las acciones de la FDA -que no emitió un comunicado- y las equiparó al "cumplimiento" de varias promesas electorales, principalmente terminar con la imposición gubernamental de vacunarse contra el coronavirus y permitir que lo pueda hacer quien quiera, especialmente los "vulnerables".
"Las autorizaciones de uso de emergencia para las vacunas de covid, un día utilizadas para justificar imposiciones amplias sobre el público general durante la Administración de (Joe) Biden), ahora se han rescindido", agregó el responsable de Salud.
Kennedy Jr. también indicó que como parte de la luz verde del regulador, las farmacéuticas tendrán que hacer ensayos clínicos de estas vacunas con placebo.
El anuncio supone un giro en la política de vacunación contra la covid-19 de EE.UU., pues el Gobierno de Biden recomendaba una vacuna de refuerzo anual a partir de los 6 meses de edad, y se alinea con el escepticismo de Kennedy Jr. hacia las vacunas.
En junio, Kennedy Jr. despidió a los 17 miembros del comité que asesoraba sobre quién debía vacunarse, incluidos los niños, en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) asegurando que dicha acción devolvía la confianza del público en las vacunas, lo que fue criticado por expertos en salud.