El socialismo cubano se derrumba: el Partido Comunista cancela su congreso en medio del colapso nacional
La dictadura reconoce su incapacidad para gobernar mientras la escasez, la inflación y los apagones asfixian a la población

Ciudad de la Habana. Foto de archivo

El Partido Comunista de Cuba (PCC), única organización política permitida bajo el régimen de la isla, anunció el aplazamiento de su noveno congreso, originalmente previsto para abril de 2026, en una nueva muestra del colapso político y económico que atraviesa el sistema socialista cubano.
Según informó el diario oficial Granma, la decisión fue propuesta por el dictador Raúl Castro, quien reconoció implícitamente la incapacidad del Estado socialista para sostener incluso sus propios procesos internos. En una carta enviada al pleno del Comité Central, Castro calificó como “aconsejable” posponer el cónclave y redirigir todos los recursos del país a atender los problemas más urgentes.
El reconocimiento no es menor: uno de los arquitectos del modelo socialista admitió que el régimen carece de la estabilidad mínima para organizar un congreso partidista, una señal clara del agotamiento del sistema que gobierna Cuba desde hace más de seis décadas.
Castro exhortó a “consagrar desde ahora todos los recursos” y dedicar el año 2026 a una supuesta recuperación nacional. Sin embargo, para millones de cubanos, esta narrativa oficial contrasta con la realidad diaria de escasez, apagones interminables, inflación descontrolada y una economía cada vez más dependiente de la dolarización parcial, contradiciendo los principios que el socialismo dice defender.
El exmandatario insistió en que el aplazamiento “no se puede ver como un retroceso”, aunque resulta difícil sostener ese argumento cuando el propio régimen se ve obligado a paralizar su agenda política por la magnitud del desastre económico que ha generado. Aun así, reafirmó que el objetivo sigue siendo “consolidar la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”, pese a que la experiencia cubana demuestra que ese camino ha producido pobreza estructural y emigración masiva.
El último congreso del PCC se celebró en abril de 2021, cuando Raúl Castro transfirió formalmente el liderazgo partidista a Miguel Díaz-Canel, sin que ese relevo haya significado cambios sustanciales en el modelo ni alivio para la población.
La gravedad de la situación ha obligado también a reducir a un solo día tanto las sesiones del Comité Central como las del Parlamento cubano, cuya próxima reunión será el 18 de diciembre, cancelando además las habituales comisiones de trabajo. Incluso la maquinaria legislativa del régimen opera ahora en modo de emergencia.
Cuba arrastra más de cinco años de crisis profunda, marcada por la escasez de alimentos y medicinas, la inflación galopante, el deterioro de los servicios básicos y prolongados apagones que afectan la vida diaria y la actividad económica. Las fallidas políticas económicas y monetarias del socialismo estatal han agravado problemas estructurales que el régimen nunca ha logrado resolver.
A este escenario se suma una crisis sanitaria con brotes de dengue y chikunguña, miles de casos reportados y al menos 47 muertes confirmadas, en su mayoría menores de edad, evidenciando el colapso de un sistema de salud que durante décadas fue utilizado como propaganda política del régimen.
Mientras el Partido Comunista aplaza congresos y promete futuras recuperaciones, la realidad es que el modelo socialista cubano continúa acumulando fracasos, dejando a la población atrapada entre la represión política y una crisis económica sin salida visible.




