Feligreses defienden a reconocido sacerdote
Lluvia de reacciones en favor del Padre Tito y critican duramente al Monseñor Roberto González

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Parroquia Stella Maris. Foto: Redes sociales
La decisión del Arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, de suspender de su cargo al reconocido sacerdote Padre Tito, ha generado una ola de indignación, tristeza y solidaridad entre los fieles de la Parroquia Stella Maris y la comunidad del Condado. Las reacciones no se hicieron esperar y han llegado en forma de cartas abiertas, comunicados oficiales y un llamado general a la unidad y la misericordia dentro de la Iglesia.
En una carta oficial fechada de ayer, 24 de junio, los feligreses de la comunidad del Condado expresaron su “profundo respeto y dolor en el corazón” ante la separación del Padre Tito, quien ha sido párroco por 18 años. Resaltaron su labor incansable, su entrega pastoral y su capacidad de hacer de la parroquia una “Casa Común”, donde todos eran recibidos sin distinción. En el escrito, apelan a la compasión del liderazgo eclesial para que se reconsidere la decisión y se priorice la reconciliación sobre el juicio.

Simultáneamente, una carta abierta firmada por la feligresa Helena Sampedro dirigida al Padre César Santos —quien habría sido parte activa del proceso que llevó a la suspensión— critica severamente el enfoque “acusatorio, poco empático” con el que se han manejado las alegaciones. La misiva defiende el carácter pastoral del Padre Tito y cuestiona públicamente la forma en que fue tratado, alegando que sus acciones no reflejan los principios del Evangelio.
Sampedro hace referencia directa a principios bíblicos para sustentar su crítica, citando textos sobre la corrección fraterna, la caridad y el juicio temerario. “Lo que más me duele es que sus palabras no edifican, sino que hieren”, escribió, recordando cómo el Padre Tito ha servido por años a poblaciones marginadas, enfermos y personas con adicciones. “Es un servidor sin pretensiones”, afirmó.


En ambas comunicaciones se hace un llamado a la Iglesia a actuar con justicia, pero también con misericordia. Se subraya la necesidad de evitar divisiones internas y se cuestiona el proceder de algunos miembros del clero por alejarse del espíritu pastoral que, según los firmantes, ha guiado al Padre Tito durante casi dos décadas de servicio.
Esta controversia ha sacado a la luz tensiones internas dentro de la estructura eclesial y pone en el centro del debate temas como la transparencia, la compasión y el liderazgo espiritual. Aunque el comunicado oficial del Arzobispo cita razones pastorales y disciplinares, la comunidad afectada insiste en que las virtudes del sacerdote deben pesar más que sus posibles errores.
Muchos miembros de la comunidad han dirigido sus críticas directamente al Arzobispo Roberto González Nieves, cuestionando no solo la decisión de suspender al Padre Tito, sino también la manera en que se llevó a cabo. Lo acusan de actuar con frialdad institucional, sin transparencia y con un tono autoritario que contrasta con los valores de compasión y cercanía pastoral que él mismo predica. Para los feligreses, su proceder ha sido insensible y divisivo, dejando a la comunidad sin su guía espiritual sin ofrecer un proceso justo ni escuchar las voces de quienes han sido directamente impactados. “Un pastor no abandona a su rebaño ni lo desgarra desde el púlpito”, se lee entre líneas en las cartas dirigidas tanto a él como a sus delegados, reflejando una profunda decepción por lo que muchos interpretan como una decisión motivada más por poder institucional que por discernimiento espiritual.

Ayer en la tarde los feligreses de la parroquia Stella Maris se congregaron frente a la iglesia para el comienzo de un recogido de firmas en favor del Padre Tito. En la misma participaron decenas de personas y se espera que las manifestaciones en favor del suspendido sacerdote sigan en los próximos días.

Por el momento, la Arquidiócesis no ha emitido una respuesta directa a las cartas ni ha ofrecido detalles adicionales sobre la naturaleza de las acusaciones.