En Puerto Rico, gobernar exige carácter, visión y voluntad de servir sin distracciones. Jenniffer González Colón ha demostrado tener clara esa ruta desde el primer día. Su equipo de trabajo no ha sido producto de cuotas ni de revanchismos partidistas. Ha sido el resultado de un análisis sereno sobre quiénes son los mejores para ejecutar el plan de gobierno del Partido Nuevo Progresista y cumplir las promesas que le hizo al pueblo.
El PNP es el único partido político en la Isla que elabora una plataforma de gobierno mediante un proceso transparente y participativo. Realiza vistas públicas por toda la Isla, escucha a los sectores representativos y luego somete la plataforma a votación en Asamblea. Esa es la agenda que se comprometieron a cumplir todos sus candidatos, y esa es la agenda que hoy guía la acción de la Gobernadora.
Por eso no sorprende que los nombramientos en su gabinete y en las estructuras de confianza reflejen competencia, capacidad y, sobre todo, sintonía con la política pública que el pueblo avaló en las urnas. A diferencia de lo que algunos sugieren, la primaria no ha sido ni será el eje de sus decisiones. En los círculos cercanos a la Gobernadora ese capítulo está superado. No se habla de primarias; se habla de gestión, de resultados y de futuro.
Jenniffer González sabe que gobernar mirando por el retrovisor es la forma más rápida de chocar con la ineficiencia. En lugar de mirar atrás, ha mirado al frente y ha tendido la mano a todos los sectores dispuestos a construir un mejor Puerto Rico. Ha escogido a los más preparados, sin importar de dónde vienen, sino hacia dónde pueden ayudarla a llevar la Isla.