Un legado que sigue construyendo futuro: el Coliseo de Puerto Rico
“El verdadero legado se mide por lo que construye en otros”

Coliseo José Miguel Agrelot.

En estos días, el Coliseo de Puerto Rico vuelve a ser el centro de atención del mundo. Cientos de miles de personas asisten a una residencia histórica. Pero mientras los reflectores iluminan el escenario, es justo también alumbrar la historia de fondo. Este momento, es posible gracias a una visión de progreso que promovió el Partido Nuevo Progresista bajo el liderato del gobernador Pedro Rosselló González.
El Coliseo José Miguel Agrelot fue una de varias obras emblemáticas impulsadas como parte de una agenda de transformación para Puerto Rico. No fue un proyecto aislado. Formó parte de una estrategia integral que incluyó el Centro de Convenciones, el Superacueducto, el Tren Urbano, la nueva Escuela de Medicina Dental, y la implementación del plan de salud universal. Una visión ejecutada con valentía, que aspiraba a construir la infraestructura de un futuro Estado.
Mientras algunos sectores lo criticaban por tener una“visión exagerada” y denunciaban con ligereza lo que llamaban “elefantes blancos”, Pedro Rosselló y el PNP tenían claro el propósito. Dotar a Puerto Rico de estructuras modernas que sirvieran al bienestar colectivo, al crecimiento económico y al orgullo de ser ciudadanos americanos con potencial global.
Hoy, más de dos décadas después, el Coliseo no solo genera actividad económica y turismo. También ha evolucionado como espacio de afirmación cultural y expresión social. La residencia, demuestra que cuando se construye con visión, se construye para generaciones. Lo que comenzó como un proyecto de desarrollo, hoy es escenario de historia.
Muchos pasan por alto lo más poderoso de esa etapa que no fue solo la obra física, sino la siembra de liderato. La era de Rosselló inspiró a toda una generación de jóvenes estadistas que hoy lideran al PNP y al gobierno. Jenniffer González Colón, hoy Gobernadora de Puerto Rico, fue entonces líder universitaria y Presidenta de la Juventud del PNP en San Juan. Desde esos espacios defendió activamente la visión de Rosselló y se convirtió en una voz emergente de la estadidad. Carlos “Johnny” Méndez, hoy Presidente de la Cámara de Representantes, organizaba estructuras políticas en Luquillo y trabajaba como Director Ejecutivo del Consorcio del Noreste. Fue una pieza clave en la defensa regional del proyecto progresista del PNP. Thomas Rivera Schatz, actual Presidente del Senado, se desempeñaba como asesor en la Asamblea Legislativa e ingresó al servicio público como fiscal nombrado por Rosselló.
Fue en esa administración que se forjó el perfil institucional y la vocación de liderato político de muchos. La trayectoria de estos tres líderes confirma que el legado de Gobernador Rosselló González y el PNP no se limita a cemento y acero. También se expresa en ideas, en liderazgos y en resultados concretos. La gestión pública seria y con propósito deja cimientos físicos, pero también siembra convicciones profundas.
Así como Pedro Rosselló inspiró e integró a una nueva generación, hoy la Gobernadora, Méndez Núñez y Rivera Schatz, también están sembrando semillas en quienes los observan, los acompañan y aprenden de su ejemplo. Porque todo líder con visión deja espacio para que otros crezcan. Lo que hoy hacen desde Fortaleza, la Cámara y el Senado, será la base sobre la cual se levantarán los futuros líderes estadistas que darán continuidad al legado del PNP.
El Coliseo de Puerto Rico es, quizás, la más elocuente metáfora. Una estructura que comenzó con una visión y que, décadas después, sigue siendo escenario de logros, sueños y orgullo puertorriqueño. En el PNP sabemos que las ideas grandes no mueren. Se transforman, se adaptan y continúan construyendo futuro. Ese legado no solo construyó estructuras. Construyó futuro para millones de ciudadanos americanos que, aquí en Puerto Rico, seguimos trabajando por la igualdad.