
Tras cinco meses de una administración marcada por el ruido mediático, errores de comunicación y una oposición voraz que no ha dado tregua, el 15 de mayo de 2025 podría marcar el reinicio que tanto necesita el gobierno de Jenniffer González Colón. Ese día, la gobernadora finalmente dio señales de dirección: comenzó a retirar nombramientos cuestionados, realizó cambios estructurales y, sobre todo, regresó al terreno que la hizo electa: el contacto directo con la gente.
No se puede obviar que su gobierno ha tenido tropiezos, muchos de ellos infligidos por algunos que se supone defiendan a la señora gobernadora. Sin embargo, también sería deshonesto ignorar que hay figuras en su gabinete que han demostrado compromiso y resultados. Josué Colón, zar de energía, ha trabajado intensamente para aumentar la generación eléctrica y reducir el riesgo de apagones en el verano. La secretaria de Vivienda, Ciary Pérez, ha dado pasos concretos para agilizar la entrega de títulos de propiedad, una deuda histórica con miles de familias puertorriqueñas. La secretaria del DACO, Valerie Rodríguez, se ha ganado con mérito el título de “novata del año”, devolviéndole al consumidor la confianza de tener un gobierno que lo defienda frente a abusos del mercado. Y Orlando Rivera, director de la Oficina de Gerencia y Presupuesto, ha logrado entablar una relación efectiva con la Junta de Supervisión Fiscal, demostrando conocimiento pleno del proceso fiscal del gobierno de Puerto Rico, y siendo una voz técnica que genera confianza.
La gobernadora aún tiene mucho por demostrar, pero este giro reciente podría marcar el principio de un nuevo tono en su gestión. Ahora queda por verse si este acto de sagacidad política logra transformar la percepción pública de una administración que, hasta ahora, ha sido juzgada y cuestionada como ninguna otra en su etapa inicial.