Fallece Santos “Sandy” Alomar Sr.
El nombre Alomar se volvió sinónimo de excelencia puertorriqueña en las Grandes Ligas

Santos Alomar Sr.

En el día de hoy, la comunidad del béisbol en Puerto Rico y Estados Unidos se encuentra de luto: ha sido confirmado el fallecimiento de Santos “Sandy” Alomar Sr., una figura señera en la historia del deporte puertorriqueño. A sus 81 años, Alomar deja un legado que trasciende cifras y se cimenta en su influencia como jugador, mentor y patriarca de una dinastía beisbolera.
Orígenes y ascenso
Nacido el 19 de octubre de 1943 en Salinas, Puerto Rico, Santos Alomar Conde fue el menor de ocho hijos. Su padre, Demetrio Alomar Palmieri, trabajaba en una central azucarera, y su madre era Rosa Conde Santiago. Desde muy joven mostró pasión por el béisbol, desarrollándose en ligas locales y más tarde firmando como agente libre amateur con los Milwaukee Braves en 1960, cuando tenía apenas 16 años.
Durante sus tiempos en la Liga de Béisbol de Puerto Rico, compitió en varias temporadas y se forjó una reputación de jugador resistente y comprometido con el juego invernal.
Carrera en Grandes Ligas
Alomar Sr. hizo su debut en Grandes Ligas el 15 de septiembre de 1964 con los Milwaukee Braves. A lo largo de quince temporadas (aunque algunas fuentes lo registran como catorce activas) intervino con varios equipos: Milwaukee/Atlanta Braves, New York Mets, Chicago White Sox, California Angels, New York Yankees y Texas Rangers.
En el terreno ofensivo, sus números no fueron espectaculares. Sin embargo, su valor residió en su versatilidad defensiva, su entrega diaria, su capacidad para hacerse sentir en el terreno como jugador “trabajador”. Fue apodado “Iron Pony” por su resistencia y su estilo de juego aguerrido.
Durante su época con los Angels, por ejemplo, jugó temporadas completas — incluso 162 juegos — y lideró ligas en robos, apariciones al bate y otras estadísticas que dan cuenta de su constancia.
Asimismo, como jugador invernal, destacó en la Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico, representando equipos como Ponce y Santurce. En la campaña 1970-71 fue líder de bateo e incluso ganó el premio Jugador Más Valioso de la liga invernal.
Al final de su carrera, tras su paso por Texas Rangers en 1978, cerró su etapa activa y continuó ligado al béisbol en Puerto Rico y EE. UU.
De jugador a mentor
La transición de Alomar Sr. del terreno de juego a los banquillos fue natural. En Puerto Rico asumió roles como dirigente y coach en el béisbol invernal, manejando equipos como Ponce y Santurce, y también fue dirigente de la selección nacional de Puerto Rico entre 1979 y 1984.
En el ámbito profesional de Grandes Ligas, se desempeñó como coach o asistente en franquicias como los Padres, Cubs, Rockies y Mets. En esos roles, pudo apoyar y moldear a generaciones posteriores de jugadores, incluidos sus propios hijos.
También fue reconocido como una figura que aportó al béisbol boricua incluso tras colgar el guante: su influencia como líder, padre y voz del béisbol en Puerto Rico estaba muy presente.
Legado familiar: una dinastía deportiva
Quizás uno de sus mayores orgullos fue ver a sus hijos seguir sus pasos. Sandy Alomar Jr., receptor en Grandes Ligas, fue Novato del Año en 1990, fue seis veces All-Star y se convirtió en entrenador y dirigente. Roberto Alomar, su otro hijo, es considerado uno de los mejores intermedistas de la historia: 12 veces All-Star, miembro del Salón de la Fama del béisbol.
Más allá de los números familiares, el nombre Alomar se volvió sinónimo de excelencia puertorriqueña en las Grandes Ligas. Él fue el puente entre los sueños de un niño en Salinas y las glorias de sus hijos en el béisbol mundial.