New Fortress Energy se tambalea
Analistas alertan riesgo de bancarrota y preocupa su impacto en Puerto Rico


La empresa energética New Fortress Energy (NFE), con operaciones claves en Puerto Rico, atraviesa una profunda crisis financiera que ha despertado preocupación tanto en mercados internacionales como en sectores estratégicos locales. Un reciente análisis publicado por el portal financiero Seeking Alpha advierte que la compañía está acercándose peligrosamente a una bancarrota, alimentando temores sobre la continuidad de proyectos energéticos esenciales para la isla.
La advertencia llega en un momento crítico. New Fortress Energy opera en Puerto Rico bajo contratos para suplido de gas natural licuado (LNG), componente clave en la transición energética de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y el sistema eléctrico privatizado de la isla. La empresa también ha estado involucrada en iniciativas de infraestructura portuaria y generación dual (diésel/gas) en zonas como San Juan
El reporte financiero del primer trimestre de 2025 revela una pérdida neta de 197 millones de dólares, y una caída de más de 200 millones en ingresos comparado al año anterior. El desplome en sus márgenes de ganancia y la imposibilidad de asegurar contratos a largo plazo debido a su débil calificación crediticia han obligado a NFE a operar casi exclusivamente en el mercado spot, donde los precios del gas son más volátiles y costosos. Esto, a su vez, podría repercutir en los costos energéticos para Puerto Rico si la empresa no logra estabilizar su modelo de suplido.
Además, la compañía ha recibido una notificación de incumplimiento por parte de Nasdaq debido a la falta de presentación de sus informes trimestrales, y recientemente vendió sus activos en Jamaica por más de 1,000 millones de dólares en un intento por ganar liquidez. Aunque la empresa ha insistido en que se trata de una reestructuración estratégica, analistas advierten que la venta de activos no resolverá su problema de fondo: el colapso operativo y la creciente presión financiera por su deuda, que supera los 8,900 millones de dólares.
En Puerto Rico, el impacto podría sentirse en distintos niveles. Más allá de la dependencia de ciertos centros de generación en el gas natural que NFE importa y distribuye, la compañía también había mostrado interés en expandir su participación en nuevas licitaciones para proyectos de energía renovable e infraestructura gasífera. Sin embargo, informes recientes confirman que fue excluida de una licitación clave para generación eléctrica en la isla, lo que reduce sus perspectivas de crecimiento en el mercado local.
Fuentes cercanas al proceso de transición energética del gobierno de Puerto Rico ven con preocupación la situación de NFE, ya que una posible quiebra obligaría a renegociar contratos o sustituir rápidamente a un suplidor energético estratégico, con potenciales efectos en la estabilidad del sistema eléctrico y en los precios para los consumidores.
El informe de Seeking Alpha recomienda vender las acciones de la empresa, señalando que sus bonos ya cotizan a menos de la mitad de su valor, una señal que el mercado considera inequívoca de una reestructuración de deuda inminente.
Por ahora, la compañía tiene hasta noviembre para presentar sus informes pendientes y evitar ser retirada de Nasdaq. Pero en Puerto Rico, donde la continuidad del servicio eléctrico sigue siendo un asunto de alta sensibilidad política y económica, la incertidumbre sobre New Fortress Energy comienza a generar tensiones.